A las 11.40, el, hasta ese momento, presidente Pedro Castillo, jaqueado por el anuncio de su posible vacancia, sorpresivamente emitió un mensaje donde disponía la disolución del Congreso de la República, la reorganización del poder judicial y el toque de queda.

Al instante se escucharon aplausos y voces de aprobación que, minutos más tarde, se congelaron en un rictus de incredulidad.

Castillo dispuso el cierre del Congreso, pero nunca hizo nada para cerrarlo. Posiblemente confiado en que una marcha de sus simpatizantes se dirigía hacia el local del legislativo para pedir su cierre y podía cerrarlo. Una dotación policial les cerró el paso a los manifestantes que no pudieron ingresar al Congreso.

De inmediato, se produjo la reacción de los congresistas. Ellos vieron la oportunidad que esperaban para vacar a Castillo y convocaron a una sesión para las 12.30 del día. No hubo mucha discusión. Al final la vacancia presidencial fue aprobada con 101 votos a favor, 6 en contra y 10 abstenciones. Tras su aprobación, el presidente del Parlamento, José Williams, anunció que la presidencia de la república será asumida por la vicepresidenta Dina Boluarte y la convocó para que juramente a las tres de la tarde.

Entre tanto, al promediar las dos de la tarde, al comprobar que su intento fallido no tenía el respaldo popular que había pensado, Pedro Castillo, intentó llegar a la Embajada de México. Sin embargo, fue detenido y trasladado al local de la Prefectura de Lima. Luego, fue enviado (ya por la noche) hacia el local de la DIROES, mientras la Fiscalía le abría investigación por delito de rebelión.

A las 15.56 horas, Dina Boluarte, fue juramentada en el local del Congreso y asumió la presidencia de la República. De inmediato se trasladó a Palacio de Gobierno, en donde esperó las adhesiones y comenzó a trabajar la conformación de su gabinete ministerial.

Boluarte no goza de la simpatía de varios congresistas, entre ellos de Norma Yarrow, que la ha cuestionado en diversas oportunidades.

Los analistas piensan que no pasará mucho tiempo para que el Congreso se empeñe en sacar del cargo a Dina Boluarte.

¿Ha cambiado el país? En cinco horas el gobierno cambió de manos, pero el país sigue siendo el mismo de hace dos siglos, cuando se inició la República Democrática, sólo unos pocos se beneficiarán con estas “movidas políticas”, las grandes mayorías seguirán empujando el molino para ver si les cae un grano en las manos, para sobrevivir.